“Entonces Jesús llamó a los niños y dijo a los discípulos: «Dejen que los niños vengan a mí. ¡No los detengan! Pues el reino de Dios pertenece a los que son como estos niños.”
“Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré. Mi escudo y el poder que me salva; mi fortaleza y mi alto refugio. Mi salvador, que me libra de violencia.” 2 Samuel 22:3